viernes, 7 de noviembre de 2008

Campillo de Ranas - Ruta de la Arquitectura Negra


La segunda semana de Octubre tuvimos la oportunidad de pasar un fin de semana en Campillo de Ranas, magnífico exponente de los pueblos de arquitectura negra de Guadalajara, basada en construcciones de pizarra y madera.

Estuvimos alojados en una bellísima casa rural llamada el abejaruco (www.elabejaruco.com), de alquiler integro los fines de semana. Es la casa perfecta para pasar un fin de semana para grupos de entre 10 y 14 personas. Tiene 5 habitaciones, todas con baño completo (bueno todas menos la de la planta baja), Tv y DVD. Cocina americana, un salón espacioso con chimenea de leña y una acogedora decoración. Aunque, sin duda, lo mejor de todo es la sensación de paz y sosiego que se respira, no sólo en la casa, sino en todo el pueblo.


El viernes, día de la llegada, el dueño nos estuvo explicando todas las excursiones que podíamos realizar. Nos dejó información detallada y buenos consejos. Después de sortear habitaciones, y una cena a base de pizza y roscas, ahh¡¡y banderrillas, tomamos unos mojitos todos juntos jugando al Lobo. Sencillo, y participativo, juego de cartas. Básicamente el pueblo lincha al que cree que le toca el papel de lobo en la ronda, da para venganzas...hehe. Se alargó la partida hasta casi las 3 de la mañana, y al día siguiente había que madrugar.


El sábado amaneció lluvioso y decidimos postergar la subidal Pico Ocejón, seña de identidad de la Sierra de Ayllón, para el domingo, en espera de un mejor día. Realizamos varias excursiones cortas pero muy bonitas. Embalse de el Vado, el monasterio en ruinas de Bonabal al que se llega a través de una bonita senda, así como el pueblo abandonado de Matallanas. Para llegar a este último pueblo hay que cruzar un puente que, bueno echar un vistazo a la foto...hehe, tiene una caída de unos 15 metros a un riachuelo. Desde luego el paseo mereció la pena y, aunque se nos hizo un poco de noche y empezó a llover, llegamos con el tiempo justo para ver en un pequeño bar el partido Real Madrid - Atleti y...disfrutar...algunos. Esta vez no trasnochamos tanto y es que los paseos,  y más a nuestra edad, pasan factura, además al día siguiente nos esperaba la subida al Ocejón.


El domingo nos levantamos temprano y con bastante mal tiempo, aún así como era el último día no quedaba más remedio que intentar realizar la subida. Cogimos el coche para ir a Majalrayo, pueblo de partida de la ruta. Allí comenzó a chispear y la mitad del grupo decidió probar otras alternativas. A pesar de las bajas, un pequeño grupo de valientes decidimos afrontar la subida. 

Empezó a llover con fuerza y a punto estuvimos de dar marcha atrás pero al adentrarnos en un bonito hayedo, a su cobijo, decidimos seguir adelante. La niebla se hizo más espesa pero la lluvia remitió lo que aumentó el ánimo del grupo. Después de varias paradas para reponer fuerzas, el bosque finalizó y abordamos la subida al collado. Preludio de la cumbre, pensamos. Apenas podíamos ver 5 metros hacia delante, la temperatura bajó varios grados y el terreno se puso con mucha, mucha pendiente. Casi a trompicones llegamos al collado, ya allí nos resultó evidente que no podríamos encumbrar pues no había camino y era fácil perderse, como nos habían advertido. De esta forma, paramos un poco y volvimos por donde habíamos venido. La bajada la realizamos sin problemas,con mucho mejor tiempo  y aprovechando para hacer algunas fotos. Al llegar al pueblo, nos felicitamos y, realmente, nos encontrabamos muy satisfechos después del esfuerzo realizado, y más en aquellas condiciones. Lo recordaremos...

Volvimos al Abejaruco, una ducha rápida y a comer con el resto del grupo al mesón el Jabalí, en Majalrayo Aunque la comida no estuvo mal y no era demasiado caro, el servicio, tremendamente malo, me obliga a no aconsejar este restaurante. Ofrezco como alternativa el Restaurante Los Manzanos, situado en Campillejo.

No dio tiempo para más, después de una pequeña siesta volvimos a Madrid. Con la seguridad de volver a repetir.  Entre otras cosas nos dejamos sin ver el famoso Hayedo de la Tejera Negra, que no pudimos visitar al tener que reservar con mucha antelación. Igualmente ver el entorno nevado debe ser espectacular, tal y como pudimos ver en algunas fotos.

Bueno si alguien necesita información que no dude en pedírmela.

1 comentario:

Jaime Cantos dijo...

Curioso lo de los viajes, es una cosa que tengo todavía pendiente en mi Blog. A ver si nos animamos y actualizamos lo viajes.

Por cierto me he puesto tu Feed, ya tienes un lector fijo.

Un abrazo!